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Dos leones de bronce custodian la
puerta principal del Congreso de los Diputados, una puerta que sólo se abre en
los actos solemnes y que este 19 de junio de 2014 ha recibido a un nuevo Rey.
Fuera, el sol apretaba mientras
miles de ciudadanos aguardaban ataviados con sus banderines rojos y amarillos,
conscientes de que la historia estaba a punto de escribirse ante sus ojos. En
el interior, el Hemiciclo se vistió con sus mejores galas. Don Felipe de
Borbón, quien siendo Príncipe de Asturias un 30 de enero de 1986 jurara la
Constitución en esta misma sala, ha sido proclamado Rey de España.
El mismo día en que cumplió 18
años se convirtió en el primer Príncipe de Asturias en jurar la Constitución en
este Palacio de la Carrera de San Jerónimo, con «voz serena y clara», como
escribía entonces el cronista de ABC. Ya han pasado 28 años, y el Príncipe se
ha convertido en Rey.
El presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, recibió a los nuevos Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, a la
Princesa de Asturias y a la Infanta Sofía a su llegada al Congreso, en un Rolls
Royce. Sonrientes y saludando a la multitud que gritaba «¡Felipe! ¡Felipe!»,
caminaron hasta la puerta custodiada por los dos leones, hasta llegar al Salón
de los Pasos Perdidos, donde saludaron a los representantes de todos los
poderes del Estado.
Los invitados ocuparon sus
asientos, con Doña Sofía y Doña Elena en la tribuna y con la ausencia anunciada
de Don Juan Carlos, mientras el aplauso de todo el Hemiciclo puesto en pie daba
la bienvenida a los nuevos Reyes.
Gratitud a Don Juan Carlos y Doña
Sofía
El presidente de la Cámara Baja,
Jesús Posada, abrió la sesión solemne de Juramento y Proclamación. «Es el
discurso más importante de mi vida, pero tiene poca importancia», había dicho
justo antes de entrar al Congreso.
«Hace 39 años presenciásteis la
proclamación de vuestro padre como Rey de España», en la que expresó su
voluntad «de ser el Rey de todos los españoles», comenzó Posada, dirigiéndose
al nuevo Rey. Entonces España iniciaría una «transformación sin precedentes».
Posada quiso expresar su «sincera, profunda y emocionada gratitud a quien hasta
hoy ha sido el Rey de España», desatando los aplausos de todos los asistentes.
También tuvo palabras para Doña Sofía, que se puso en pie y agradeció,
emocionada, el gesto.
«Es mucho lo que hemos avanzado
en estas cuatro décadas. España es una democracia consolidada», ha insistido
Posada. «España se enfrenta a nuevos problemas», como la crisis económica y la
desconfianza de los ciudadanos en las instituciones, por lo que apeló al
consenso, y habló en nombre de las Cortes para mostrar al Monarca su deseo de
que su reinado sea un periodo de progreso. «Os deseamos un fructífero reinado
desde nuestra lealtad», concluyó.
El juramento
La corona y cetro, símbolos de la
Monarquía española, fueron testigos del histórico acontecimiento, pero la
protagonista de la sesión solemne fue la Carta Magna. Felipe VI le juró
fidelidad, convirtiéndose así en el primer Monarca que presta juramento
apoyando su mano sobre la Constitución española; concretamente, un facsímil del
ejemplar que Don Juan Carlos sancionó en 1978, dando paso a una democracia que
ya ha cumplido los 35 años y que hoy consagra la continuidad dinástica y la
estabilidad constitucional con la proclamación del nuevo Rey.
Las palabras de Felipe VI eran
acogidas con un silencio de emoción contenida: «Juro desempeñar fielmente mis
funciones. Guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los
derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas». Jesús Posada entonó
un emotivo «¡Viva el Rey!» seguido por todos, que culminó con el himno
nacional, cuyas últimas notas se fundían con los aplausos.
El discurso de un Rey
«Quiero expresar ante todo el
reconocimiento y el respeto de la Corona a estas Cámaras», comenzó Don Felipe.
«Inicio mi Reinado con una profunda emoción por el honor que supone y
consciente de la responsabilidad que conlleva», señaló el Monarca. España es
«una gran nación en la que creo, a la que quiero y la que admiro», mostró.
«Ante todos los españoles,
también con gran emoción, quiero rendir un homenaje de gratitud y respeto hacia
mi padre, el Rey Juan Carlos I», de quien destacó su «reinado excepcional con
un legado político extraordinario». También tuvo palabras para Doña Sofía, a
quien agradeció «toda una vida de trabajo impecable al servicio de los
españoles». «Espero que podamos seguir contando muchos años con su apoyo,
experiencia y cariño», señaló Felipe VI, mirando hacia su madre, sonriente.
«Mi fidelidad a la Constitución
ha sido permanente y mi compromiso con los valores de libertad, responsabilidad
y solidaridad en los que descansa la democracia». Así, ha dicho, fue educado
desde niño y así ha educado, junto con Doña Letizia, a sus dos hijas.
Don Felipe quiere ser «un Rey
constitucional, símbolo de la unidad y permanencia del Estado, que ha de
respetar el principio de separación de poderes. Encontrarán en mí a un jefe del
Estado leal, dispuesto a escuchar y defender los intereses generales», dijo.
«La Corona debe ganarse el
respeto, aprecio y confianza de los ciudadanos permanentemente», con una
conducta «íntegra, honesta y transparente», destacó Don Felipe: «Que la
ejemplaridad gobierne la vida pública».
El nuevo Rey apostó en su primer
discurso por «una monarquía renovada para un tiempo nuevo». «Miremos hacia el
futuro, hacia la España renovada», insistió, para recordar que los españoles
hemos convivido en democracia superando tiempos de tragedia. «Tenemos que
preservar los ideales en los que se ha basado esa convivencia». «La convivencia
en paz y en libertad de los españoles es y será siempre una responsabilidad
ineludible de todos los poderes públicos», insistió el Rey.
También tuvo palabras para las víctimas
de la violencia terrorista, cuyo recuerdo permanecerá «en nuestra memoria y en
nuestro corazón».
Unidad de España
«Quiero reafirmar como Rey mi fe
en la unidad de España, unidad que no es uniformidad, Señorías», indicó con
contundencia el Rey, en uno de los momentos más esperados de su discurso. La
Constitución reconoció nuestra diversidad, una diversidad que se muestra
especialmente en las lenguas. «En esa España unida y diversa cabemos todos,
caben todas las formas de sentirse español», expresó.
Hemos de trabajar «con espíritu
de superación de lo que nos ha separado y dividido, para recordar todo lo que
nos une hacia el futuro». «Trabajemos todos juntos, con lealtad. Una nación no
es solo su historia, sino un proyecto integrador sentido y compartido por todos
que mire hacia el futuro», indicó el Monarca.
Desde la tribuna lo observaban,
atentos, los tres ex presidentes del Gobierno, Felipe González, José María
Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.
«Tenemos un gran país, somos una
gran nación. Creamos y confiemos en ella», insistió Don Felipe. «Yo me siento
orgulloso de los españoles, y nada me haría sentir más orgullos que, con mi
trabajo y esfuerzo, los españoles pudieran sentirse orgullosos de mí». El Rey
concluyó dando las gracias al Hemiciclo, y lo hizo en castellano, catalán,
euskera y gallego. No cesaban los aplausos, ni siquiera cuando el presidente de
la Cámara gritó un «se levanta sesión». Varios vivas al Rey dieron por
finalizado el acto de proclamación del nuevo Rey. Comienza el reinado de Felipe
VI.